domingo, 15 de mayo de 2022

COBARDES Y TONTOS

 


«Solamente los tontos que siguen con la tarifa regulada del Gobierno pagan más luz»

Ignacio Galán, presidente de Iberdrola

 

Por fin sabemos que somos personas tontas, pues seguro que el millonario, insultador y vendedor de luz no se refiere solo a los hombres. Y no lo sabemos porque lo haya dicho él, sino porque Pedro Sánchez no ha salido a dejarle muy claro que las personas españolas son igual de listas, o más, que cualquier insultador.

Entre paréntesis, procede reclamar que el derecho a la luz, natural o artificial, se incluya en la Constitución. Aunque después no se cumpla, pero que figure.

A Pedro Sánchez le convenía salir él, personalmente, a defender la inteligencia y el buen nombre de millones de personas porque las urnas que vienen recibirán muchos votos, pero no para que un millonario se ría de los votantes.

Pero también porque el insultador, 13,2 millones de euros en 2021, gana 150 veces más que Pedro Sánchez, y eso nos recuerda al señorito humillando a Alfredo Landa en “Los santos inocentes”. Un abuso que, con otras maneras como la del “tontos” de moda, sigue siendo el pan de cada día. Algo que, por lo demás, también ofrece muchas más clases y calidades que en 1984. El pan.


Y ni siquiera ha acusado Sánchez, al insultador, de plagiar a los políticos cuando ha pedido disculpas “a quien se pueda sentir ofendido”.

Indefensos frente a insultadores como el de la luz, no es extraño que millones piensen que las urnas no sirven para cambiar a los que de verdad gobiernan.

Y tampoco sorprende que muchos coincidan con el siempre incisivo Matías Vallés cuando afirma que “las vicepresidentas Calviño y Díaz han respondido tibiamente, tal vez porque en el futuro aspiran a un sueldo millonario en el sector energético, como tantos políticos jubilados”. Por tanto, es normal pensar también que, a Pedro Sánchez, aún más cobarde que ellas frente al insultador poderoso, lo que le preocupa es que se le cierren las puertas giratorias y eso le termine obligando a mirar las facturas futuras de su luz particular.

Pero el hecho de que millones que votan y pagan impuestos se dejen llamar tontos, y que su gobierno no los defienda, es algo que viene de arriba y desde lejos en el tiempo.

Por ejemplo, mucho se estará riendo de los tontos españoles el de Abu Dabi, pero no por lo del insultador de la luz, sino recordando aquellos momentos en los que, en algún rincón de la Zarzuela, ponía a funcionar su máquina de contar billetes, ese sonido inolvidable.

No se ríe el de Abu Dabi, se descojona de nosotros, aunque a veces se le arrugue la risa al recordar cómo se reía cuando le entregó los 65 millones a esa Corinna que ahora le ha colocado ante el peor juicio de su vida. No ante un tribunal de su España, que aquí somos tontos.

Pero se reirá el último, porque España terminará pagando esas minutas si antes no decide convertirse en República.


Mucho se rió también de los tontos españoles Felipe VI cuando, hace poco más de dos años, emitió aquel comunicado renunciando a lo que nadie puede renunciar legalmente antes de una determinada muerte, en su caso la del mismo que está esperando el juicio.

Tal parece que se le quedó vieja esa risa de marzo de 2020 a este rey que aún vive en España y necesitaba una nueva, así que no se le ocurrió otra, hace dos semanas, que contarnos que su patrimonio asciende a 2,5 millones de euros.

Permita, majestad, que regrese a Vallés para descojonarme de usted mientras leo, en “Felipe VI el ahorrador”, como le da consuelo al compararle con el más millonario de todos, Elon Musk, porque ni él ni usted declaran tener “propiedades inmobiliarias”. Lo de menos son sus 2,5 millones frente a los 300.000, también en millones, del sudafricano.

¿Cómo ha conseguido usted, rey, que diga hoy estas cosas de usted el mismo Vallés que en diciembre de 2015 escribió “El discurso del rey indignado”? En aquella columna llegó a decir que “El monarca ha llegado más lejos que José Castro en su determinación” o que “España deberá decidir si está preparada para un rey radical”.

Entre paréntesis, otra vez, Matías, nunca me dejaste tan perplejo. ¿O acaso fue tan fina tu ironía que no conseguí descifrarla? Tú sabrás, pero dime, ¿te reconoces hoy en aquel otro tú, aunque solo ante el nuevo rey de ayer?

Usted y su padre se ríen de nosotros cada día gracias al blindaje que les proporciona una inviolabilidad indecente, pero que está escrita en una ley tan vieja como sus risas.


Y hablando de inviolabilidades, otra casualidad. Ayer mismo salió Carmen Calvo, hasta julio de 2021 ministra de Sánchez, intentando apuntarse un tanto, que algo queda. Lo que viene ahora no es opinión, sino información.

El titular de “El País” es claro: “El Gobierno descartó eliminar la inviolabilidad del Rey tras discutirlo con el PP y la Casa Real”, y Calvo aprovechando para adjudicarse la iniciativa, que dice que propuso en 2021.

Entonces, Tezanos del CIS, ¿en qué quedamos?

Resulta que cada vez que te preguntan el motivo por el que llevas tantos años sin incluir la valoración de la monarquía en las encuestas, contestas que se trata de un asunto que “no preocupa a los españoles”.

Además de lo muy dura que tienes la cara cada vez que respondes eso desde lo del elefante de Botsuana, ahora resulta que la inviolabilidad ha estado en la mesa de un Gobierno que se ha acojonado porque el rey, parte interesada y a quien no habría ni que preguntarle, y el PP de Casado estaban en contra.

O sea, que el Gobierno pierde el tiempo con asuntos de los que los españoles pasan, aunque cada día estén en portadas y pantallas.

Se me cae la cara de vergüenza, señoras y señores del PSOE y de UP, al tener que deciros que, para resolver esas dos resistencias, ni siquiera hacía falta imitar al Suárez de 1976 cuando convocó el referéndum de la Reforma Política para que cambiaran de opinión o se fueran los que se resistían.

Incluso antes de recibir esos dos “noes” tan previsibles, y si no después, tendríais que haber ordenado al CIS una encuesta específica y masiva sobre la inviolabilidad con la siguiente pregunta:

¿Está usted a favor de que el rey sea igual que todos los españoles si comete delitos?

Conocidos los resultados de la encuesta, que a nadie le caben la menor duda, estoy convencido de que Felipe VI y Pablo Casado hubieran sido los primeros en mentir como bellacos para proclamar que, por supuesto, para ellos el rey de España siempre ha sido alguien de carne y hueso.

Lo vuestro, señoras y señores del PSOE y de Unidas Podemos, solo tiene un nombre: son excusas de cobardes.

Pues sabed que ningún millonario como el de la luz, salvo empapado en alcohol, volverá a insultar nunca a millones de personas a partir del momento en que vosotros os atreváis a dar la palabra a esas mismas personas, aunque sea con una encuesta, que ya es ponerlo fácil, para colocar al rey como lo que es, uno más, y a la cárcel si le pillan metiendo la mano en la caja.

Lo vuestro son excusas de cobardes, pero peor, en beneficio propio. Y mucho peor, porque os estáis equivocando contra un futuro que no es solo vuestro.

Protegiendo al rey, además de debilitar la democracia y a toda la sociedad, estáis construyendo una autopista para que las derechas españolas, siempre peligrosísimas, vuelvan a gobernar.

Como no soy multimillonario, además de cobardes, hoy también os llamaré tontos.


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