viernes, 17 de febrero de 2017

URDANGARIN Y SU RETIRO CARTUJANO


Lo decía un personaje de la serie 'Crematorio', para tranquilizar a la mujer del corrupto protagonista cuando estaba a punto de entrar en prisión:  "Si te espera dinero fuera, la cárcel es menos cárcel. Es un retiro cartujano. Pagas por tus pecados, y luego vuelves a la vida de antes".
Así suele ser para los presos VIP: se toman la cárcel como una temporada de retiro monástico, que aprovechan para estudiar, escribir, hacer deporte, meditar, y tener buen comportamiento para que te descuenten tiempo de condena. Apuesto a que tienen algún  coach que les prepara mentalmente y les hace ver la cárcel como una oportunidad de crecimiento personal. Cuando te quieres dar cuenta estás saliendo los fines de semana, y pronto durmiendo en casa, eso si no te cae antes un indulto.
Este viernes Iñaki Urdangarin ya sabe cuánto durará su retiro cartujano. Según acabamos de saber, de los 19 años que pedía el fiscal la sentencia se ha quedado en tan solo seis. A partir de ahí, la cuenta habitual: si te caen seis años, hazte a la idea que con buen comportamiento y rebajas, como mucho cumplirás dos o tres, la mitad en régimen abierto. Y eso sin contar con que puedes aplazar el ingreso a base de recursos, y hasta lograr una rebaja en el Supremo.
Con todo, Urdangarin sabe que no se podía librar de entrar en prisión, aunque solo sea por salvar con su foto enchironado la maltrecha imagen de la justicia y de la monarquía.
Yo no querría pasar ni cuatro meses entre rejas, ni se los deseo a nadie; pero Urdangarin no debe de temer mucho al trullo, porque dejó pasar todas las oportunidades  para negociar con la fiscalía. El exduque  no estaba dispuesto a asumir las dos condiciones inevitables: reconocer su culpabilidad y devolver el dinero.
Él insiste en que es inocente, no hizo nada malo, le asesoraron mal, confiaba en la Casa Real.  Soberbio y avaricioso, vive convencido de que todo esto es un malentendido, o peor aún: una cacería injusta contra él.
En cuanto al dinero, le han ido embargando fianzas, y le han impuesto  una buena multa. Pero alto ahí, falta un detalle: la causa contra Nóos se refiere siempre al dinero público que le sacaron a las administraciones, y el defraudado a Hacienda. ¿Y qué pasa con todas esas empresas privadas que no querían perderse la fiesta habiendo por medio un yerno del rey? Sí, esas que pagaban dinerales por informes de corta y pega.
Más de la mitad de los ingresos de Nóos salió de  lo más granado del empresario español. Y hasta ahora, que sepamos, ninguna ha presentado denuncia.
Así que, en el mismo cuaderno en que echará la cuenta de los años de retiro cartujano, puede ir calculando también el dinero que le quedará cuando salga. ¿Cuánto? Quién sabe. Además de Nóos, durante un tiempo cobró un sueldo millonario de Telefónica, e imaginamos que con tanta fortuna algo tendrá por ahí invertido o a buen recaudo.
De las cuentas de su esposa tampoco sabemos mucho. Pese a los embargos, y con el marido en paro, la familia vive en Ginebra  una vida de lujo entre piso, colegios privados, abogados y vacaciones. Como dice el cuplé, "¿de dónde saca  pa tanto como destaca?".
Cristina de Borbón trabaja (desde casa, parece) en La Caixa, que le paga 238.000 euros anuales, suponemos que por media jornada, pues le queda tiempo para trabajar en la Fundación Aga Khan (montada por un príncipe amigo de su padre), a cambio de una cantidad ignota (300.000 al año, dicen). Y si todo falla, siempre puedes recurrir a papá, que lo mismo  te presta un millón para comprar el palacete, que llama a algún amigo que tenga un puesto libre en su empresa.
Habrá quien piense que el trago pasado no se paga con nada. Que no es solo la cárcel, sino la humillación, los años de proceso, el señalamiento público, los insultos por la calle, los hijos marcados para siempre, el distanciamiento con parte de la familia, el daño a la monarquía. No sé. Supongo que para curarse de eso también sirven el retiro cartujano y el  coaching. Y que te quiten lo bailao, y lo por bailar, que la justicia es igual para todos, y ya veremos si el "duque empalmado" no acaba siendo "duque indultado".