viernes, 30 de octubre de 2015

¡CLARO QUE TIENE QUE HABER POBRES¡

La semana pasada, en un discurso que más parecía un elogio fúnebre, Cospedal afirmó que Rajoy nos ha sacado de la crisis; que, gracias a él, España es el país que más empleo crea y que más crece. Da igual que seamos el segundo país de la Unión Europea en el que más se ha incrementado la población en riesgo de pobreza extrema. Sólo nos supera Grecia, según datos de Eurostat. 13,4 millones de personas están al borde de la pobreza. Entre 2008 y 2014, 2,3 millones de españoles han entrado en riesgo de exclusión. En 2014, 800.000 personas cayeron en esta categoría. Pero según el PP, hemos salido de la crisis.

Dice Cospedal que debemos dar las gracias a Rajoy. Poco importa que España sea el país de la OCDE donde más jóvenes aceptan involuntariamente un empleo parcial. Aquí, un 22% de los jóvenes de 15 a 24 años trabajaban contra su voluntad en empleos precarios. Un 22%, repetimos. La media de la OCDE es del 4%. No seáis populistas con vuestro pesimismo, que hemos salido de la crisis.

Hay que fiarse de Cospedal y del PP. Lo mismo da que España redistribuya la riqueza peor que la mayoría de los países de la UE. Solo Bulgaria, Letonia, Lituania, Grecia, Portugal y Rumanía son más desiguales que España. ¿Y qué? Somos un país de primera división y Rajoy nos ha sacado de la crisis
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Un país de primera división con una capital de primera división, en cuya corona metropolitana la división entre pobres y ricos es de primera: la más grande de Europa. Pelillos a la mar.

Un día antes de que Cospedal diera las gracias a Rajoy por sacarnos de la crisis, el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, afirmaba lo siguiente: “El concepto de crisis económica y sus consecuencias en la situación de las personas parece que ha desaparecido de los medios, [pero] seguimos perdiendo la batalla contra la pobreza y la exclusión, que siguen campando entre nosotros”.

Y mientras el PP saca pecho por la creación de empleo, la realidad sigue aportando la tozudez de los datos: El 53% de las personas a las que ayuda Cáritas vive en hogares donde algún miembro trabaja. Según Mora (y según cualquiera que no sea un fanático del PP), eso supone que tener un contrato “ya no garantiza un mínimo para sobrevivir”. Pero gracias, Rajoy, por sacarnos de la crisis.

No os enfadéis. No lo hacen con maldad. Cuando Cospedal y el PP entero insisten en que hemos salido de la crisis no lo hacen con afán de engañarnos. Para ellos todos estos datos existen, los aceptan. Ésa es la salida de la crisis que ellos buscan. Piensan que es natural: para que haya ricos, tiene que haber pobres. En sociología a este enfoque se le llama funcionalismo.

Sus defensores (los partidarios de la ley de la selva y el capitalismo salvaje), ven a la sociedad como un organismo vivo que debe funcionar. Y claro, ese ser vivo que es la sociedad tiene diferentes órganos. Los pobres son un órgano necesario: son necesarios para que los ricos mantengan sus privilegios.

Por eso a los ultraconservadores les encantan las obras de caridad: la caridad mantiene a los pobres en su condición de pobres. Los mantiene medio vivos. Nadie quiere una sociedad en la que los pobres se mueran rápido. Mejor que aguanten explotados y a medio gas.

Otra cosa es la justicia social: las medidas que incentiven la igualdad de oportunidades, o una educación pública de calidad que permita la movilidad social, o un sistema sanitario igual para todos: de eso nada, no vaya a ser que los pobres cada vez lo sean menos y estén más sanos… y los ricos sean cada vez menos ricos…


Para el PP salir de la crisis es esto: que la precariedad cobre carta de naturaleza y se quede entre nosotros para siempre. Parece que con 2,3 millones de desheredados más, por fin nos acercamos al número óptimo de pobres ansiado por la derecha.