martes, 18 de febrero de 2020

50 AÑOS DE INFAMIA


El año pasado, 2019, tuvo lugar un aniversario que todos pasamos por alto. Uno de los gordos, de números redondos: CINCUENTA AÑOS desde que Franco nombró a Juan Carlos de Borbón como sucesor en la jefatura de Estado, el 22 de junio de 1969. Al día siguiente, Juan Carlos juró «fidelidad a los principios del Movimiento Nacional y a las Leyes Fundamentales del Reino».

En aquel momento, Juan Carlos hizo estas declaraciones en una entrevista para la televisión francesa:
«El general Franco es verdaderamente una figura decisiva históricamente y políticamente para España. Él es uno de los que nos sacó y resolvió nuestra crisis de 1936. Después de esto, actuó políticamente para sacarnos de la Segunda Guerra Mundial. Y por esto, durante los últimos treinta años, él ha sentado las bases para el desarrollo de hoy día […]. Para mí es un ejemplo viviente, día a día, por su desempeño patriótico al servicio de España y, por esto, yo tengo por él un gran afecto y admiración».
(Entrevista concedida en 1969 en los jardines del Palacio de La Zarzuela para la televisión francesa)

Juan Carlos no fue proclamado rey de España hasta el 22 de noviembre de 1975 (dos días después de la muerte de Franco y tres años antes de la constitución). El acto de coronación tuvo lugar unos días después, el 27 de noviembre de 1975.

Que se nos haya olvidado a todos su nombramiento como sucesor de Franco en 1969 no es casual. La monarquía y todos los poderes que la protegen y a quienes protege en perfecta y lucrativa simbiosis, llevan años transmitiendo un discurso que liga su origen a la Constitución, como si se hubiera decidido la restauración borbónica en ese momento, omitiendo premeditadamente cualquier mención a su origen franquista.

El nombramiento por Franco en 1969 y la coronación del rey en 1975 no solo se obvia en el relato en general, sino también en los manuales de Historia de bachillerato, con el claro fin de que las nuevas generaciones desconozcan el origen franquista de la monarquía en España.

En un esfuerzo por reconstruir nuestra historia y rescatarla del silenciamiento, habría que felicitar al rey por ese aniversario, aunque sea con unos meses de retraso. Quizás alguien esté pensando al leer esto que no hay que felicitar al rey, Felipe VI, sino a su padre. Cierto. Solo que la frase está bien dicha, felicito al rey Juan Carlos I, porque Juan Carlos sigue siendo oficialmente rey de España, no vaya a ser que pierda la impunidad y se le pueda juzgar por alguno de sus varios desmanes.

Somos el único país del mundo con dos reyes. Incluso la sacrosanta constitución, que tanto se cita cuando conviene, se refiere —como es obvio— al rey de España, en singular. Tener dos reyes es anticonstitucional.

Ya es hora de que se retire la condición de rey a Juan Carlos, es lo mínimo que las instituciones deberían hacer en coherencia con el propio sistema que defienden.

Y ya es hora también de que la historia de España se cuente a las jóvenes generaciones y al público en general tal y como fue. La restauración borbónica en España fue impuesta por Franco, mucho antes de la constitución, y los manuales de bachillerato deberían reflejarlo.

22 de junio de 1969. Ahí queda este aniversario silenciado, esta fecha en la que una decisión de Franco determinó —y sigue determinando hoy en día— la forma de nuestro Estado y quién está a su cabeza.


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