viernes, 13 de diciembre de 2019

EL CUENTO DE LA MOCHILA AUSTRIACA


Andan los del PP/PSOE/Cs, que en materia de política económica y normativa laboral suelen ser lo mismo, lanzando el globo sonda por ahí, alguno incluso en su programa electoral, de que hay que cambiar el sistema de contratación laboral actual para establecer un sistema similar al de la «mochila austríaca», lo cual resulta bastante confuso incluso para senderistas y excursionistas que usan la mochila para cargar sus trastos y viandas en las excursiones.

En realidad lo que están proponiendo estos tres partidos con nocturnidad y alevosía para cuando haya Gobierno es el despido libre y gratuito; la anhelada flexibilidad laboral soñada por la patronal desde que el mundo es mundo en la que la empresa despide cómo y cuándo quiere porque le sale de ahí, pero, claro, eso no se puede decir así de golpe, por lo que vendido como rimbombante sistema austríaco de progreso y tal y tal suena mejor.
Veamos pues, en qué consiste la mochila austríaca.

EN ESPAÑA el despido puede ser objetivo declarado procedente, cuya indemnización es de 20 días por año trabajado, u objetivo o disciplinario declarado improcedente, cuya indemnización es de 33 días de salario por año trabajado. De ese modo un trabajador de salario mensual de 1500€ (50 €/dia), con un año de antigüedad, si es objeto de despido objetivo y procedente tendría derecho a una indemnización de 1000€ (50*20) y si lo es de despido improcedente recibiría 1650€ (50*33) de indemnización. Y es justo esta, la regulación legal actual en España que el PP, el PSOE y el Cs quieren sustituir por el sistema llamado «mochila de Austria».

EN AUSTRIA el despido es totalmente libre y sin indemnización, y cuando se despide al trabajador por la causa o la forma que sea no existe ninguna indemnización a su favor, pero, según argumentan los partidarios de este sistema (PSOE, PP y Cs), a cambio la empresa cada mes le va poniendo en un fondo de pensiones el 1,53% del salario mensual del trabajador, el cual puede disponer del mismo en el momento del despido o en cualquiera posterior a la largo de su vida laboral, incluso cuando pase a la situación de jubilación.

Cabría preguntarse si ese 1,53% es una «aportación» de la propia empresa, detraída de su cuenta de resultados, o en realidad es simplemente una «aportación» del trabajador a través del descuento que le hace la empresa de su salario, y cualquiera de las dos opiniones es posible, pero la clave está en su efecto práctico:

En la legislación actual española, un trabajador de salario mensual de    1500€ (50 €/dia), con un año de antigüedad:

·         Si es objeto de despido objetivo y procedente, como se ha dicho antes, obtiene una indemnización de 1000€ (50*20) y si lo es de despido improcedente obtiene 1650€ (50*33).

·         En el sistema de la mochila austríaca, el mismo trabajador anterior, caso de ser despedido al año, tendría acumulada una «indemnización» vía aportación previa a su fondo de pensiones del 1,53% de su salario anual, o sea, de 275,4€ (1500*12*1,53%)

         La diferencia de indemnización entre ambos sistemas con un solo año de antigüedad es pues brutal; 1650 o 1000€ frente a 275,4€, y de tratarse de un trabajador con varios años de antigüedad habría que multiplicar esa diferencia por esos años.

En definitiva, desde el punto de vista de los intereses económicos del trabajador, el perjuicio que le supondría el sistema de la famosa mochila resulta estratosférico, (aunque podría aminorarse simplemente elevando el porcentaje del 1,53% al 7%, por ejemplo), pero es que, además -y esto es lo más importante-, desde el punto de vista de la estabilidad en el empleo, el sistema para el trabajador resulta catastrófico ya que cualquier empresa no tendrá ningún reparo en despedir cuando le venga en gana, siendo que el coste, además de irrisorio, ya lo tiene amortizado, -tanto si opinamos que el 1,53% o el porcentaje que fuera se lo descontaba al trabajador del sueldo como si pensamos que lo aportaba ella de su cuenta-, con lo cual los despidos se sucederán en cascada a capricho del empleador.

Así funciona la mochila austriaca que la ministra "social-liberal" Nadia Calviño a prometido a Europa que implantará en España en 2020.

Es esto lo que proponen los PP/PSOE/Cs a los trabajadores al tiempo que les piden el voto? Pues que lo digan, che, que lo digan.

Y, por su parte, saben esto los trabajadores y sindicalistas que votan a esos partidos? Pues que lo piensen che, que lo piensen.

miércoles, 19 de junio de 2019

AMANCIO ORTEGA, FILÁNTROPO O EXPLOTADOR?


En los últimos meses, Amancio Ortega y su conglomerado empresarial Inditex ha sido noticia y objeto de distintas tertulias televisivas. La donación a finales de marzo de 2017 de equipos de última tecnología para el diagnóstico y tratamiento del cáncer a distintas administraciones públicas, valorado en 320 millones de euros, ha abierto un debate sobre cómo debe financiarse la sanidad.

En estas líneas hablaremos de qué supone esa donación para la segunda persona más rica del mundo, cómo se ha obtenido esa inmensa fortuna y cederemos un espacio a distintas asociaciones en defensa de la sanidad pública que cuestionan el carácter altruista de la donación.

Conocemos las innumerables denuncias por el trato que reciben sus empleados/as que Inditex, dueña de Zara, Pull&Bear, Bershka, etc., va recopilando allí por donde pasa. La explotación laboral desarrollada por las gigantes mundiales de la moda se hizo tristemente visible para el gran público hace ahora cuatro años, con las noticias del colapso tras un incendio de la fábrica de Rana Plaza en Dhaka, capital de Bangladesh, que causó la muerte de más de mil trabajadores/as y miles de heridos/as. Como no podía ser de otra manera, en esta fábrica con condiciones inhumanas, se fabricaban prendas para Inditex.


En India, donde 5 millones de trabajadores/as son menores de edad, y donde en algunas regiones, el 60% de los/as empleados/as es menor de 15 año, Inditex emplea directa o indirectamente a alrededor de 80.000 personas. Usando un sistema de subcontratas para diluir sus responsabilidades, puede permitirse pagar salarios de entre 20 y 66 euros mensuales por jornadas extenuantes de trabajo.

La fijación de Inditex por el trabajo infantil, les lleva a no desperdiciar ni una sola oportunidad, si los/as menores se mueven, la multinacional va tras ellos/as: según han denunciado distintos reportajes de Reuters y la BBC, menores que han huido del conflicto sirio trabajan para talleres de la empresa en Turquía en jornadas de doce horas al día.

En Latinoamérica, Inditex, ha recibido denuncias por trabajo esclavo en Argentina y Brasil. De este último país proviene la investigación iniciada en el año 2011, por la que Zara ha sido condenada a pagar 1,3 millones de euros al descubrirse que existían trabajadores/as con situaciones de esclavitud fabricando ropa para la compañía. La noticia fue publicada por muchos medios de comunicación, pero inmediatamente rectificada para lavar la imagen de la multinacional y principal exponente de la Marca España. A última hora de la noche del 30 de mayo, los medios recibieron el teletipo de la agencia EFE con el titular “Zara deberá pagar 1,5 millones de dólares en Brasil por un caso de trabajo esclavo”. Rápidamente, ese titular y el cuerpo de la noticia, fue rectificado por la agencia, titulando que “Zara renueva y amplía acuerdo responsabilidad con Fiscalía de Trabajo de Brasil”, lo que permitió a los medios a corregir la nota para poder dejar en buen lugar a nuestra empresa modelo.

La Voz de Galicia fue de los que más disfrutaron con el cambio del guión oficial, llegándose a permitir titular que “Zara aportará 1,5 millones de dólares para combatir la esclavitud y la explotación infantil en Brasil”. Esta es una de las explicaciones de por qué la multinacional es de los medios que menos invierte en publicidad directa. Para qué pagar por algo que te hacen gratis. Todo esto, sin olvidarnos de cómo a las costureras marroquís en Tánger se les pagan 178 euros al mes por jornadas de 65 horas semanales, ni de las múltiples denuncias sobre las condiciones laborales de las trabajadores gallegas que trabajan para la multinacional.

Una vez que hemos hecho un repaso de cómo realiza su producción el grupo Inditex, podemos imaginar que los resultados económicos obtenidos deben ser escandalosos. Para hacernos una idea, a Amancio Ortega, Forbes le calcula una fortuna de 61.000 millones de euros y solo en el año 2016 obtuvo 1.108 millones por los dividendos de sus acciones. Para valorar cualquier donación, deberíamos tener siempre en mente estas cifras.

Al parecer, al capo de la multinacional española le gusta dar dinero a causas sociales siempre y cuando cuente con la cobertura de la prensa, pero lo de pagar impuestos le cuesta un poco más. En 2014, un artículo de Bloomberg, advertía de las maniobras fiscales de Inditex, que declaraba los beneficios de sus distintas tiendas europeas en Suiza, aprovechándose de una imposición más baja. Mediante este movimiento, una empresa suiza del grupo, con un 0,1% de los empleados/as totales, declaraba el 20 % de los beneficios de la firma. Este funcionamiento, solo en el año 2009, le habría supuesto un ahorro en impuestos de 325 millones de dólares.

Otros informes, señalan que entre el año 2011 y 2014, la multinacional había ahorrado 600 millones de impuestos en Europa, 218 de ellos correspondientes al Estado español. Con este mismo objetivo, domicilió su filial de venta de ropa online en Irlanda, pero tras hacerse pública la situación, decidió volver a tributar por estos conceptos en España.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, así como que la donación suponía una injerencia privada en la planificación del sistema público de salud que acercaba la forma de financiación al modelo estadounidense, con grandes mecenas que interfieren en la gestión, las asociaciones en defensa de la sanidad pública han salido a criticar el regalo. Denuncian que el principal problema de la sanidad pública no es la ausencia de equipamiento de alta tecnología, sino los recortes en personal que suponen la infrautilización de los equipos existentes. Además, inciden en que el sistema sanitario solo es responsable en un 11% de la calidad de nuestra salud, El resto depende de la biología humana, el ambiente o el estilo de vida, la alimentación, la vivienda, el trabajo, las ayudas sociales, etc. condiciones cada vez más deterioradas con las políticas de recortes y con la creciente desigualdad producida por las políticas neoliberales de las que el gran filántropo es principalmente responsable.

sábado, 8 de junio de 2019

LA ESPAÑA DE PANDERETA


“El odio, la frustración y el miedo son instrumentalizados demagógicamente por partidos que carecen de programa electoral (el de Vox en Andalucía solo tenía seis páginas) y que apelan al electorado para que vote y se movilice frente a esto o contra aquello. Lo preocupante es que el discurso de la extrema derecha no solo lo han apoyado en las urnas los “convencidos” de antemano, sino que también ha logrado captar el voto de una significativa y heterogénea masa crítica andaluza, lo que arroja indicios de que el llamado neofranquismo sociológico podría convertirse en una importante fuerza electoral 
(Antoni Aguiló)

Las cuatrocientas mil personas que votaron a Vox en las pasadas elecciones andaluzas no fueron las únicas ni las últimas. Desgraciadamente, “ese partido con nombre en latín” (en expresión de Isidoro Moreno) ha conseguido más escaños en más parlamentos. Pero ellos no representan la “España Viva” como dicen en sus mítines, sino la “España de pandereta”, esa misma que tanto se esforzó el dictador Franco en mantener, esa misma que representa lo peor de nuestros pueblos, esa misma que ha exportado al mundo el ridículo más espantoso.

Vox representa el nacionalismo españolista más intransigente, el racismo más atroz, la confesionalidad católica del Estado, los ataques más furibundos a la izquierda transformadora, el rechazo frontal al mundo LGTBI, la cultura del capitalismo bancario y de las grandes empresas, la adoración al patriarcado y sus formas más violentas, la destrucción de la Memoria Histórica y Democrática de nuestros pueblos, así como su derecho a la autodeterminación. Vox es de nuevo el “ordeno y mando”, el retroceso cultural, el anacronismo de la Monarquía, la onmipresencia de la Iglesia.

Julio Anguita, Héctor Illueca y Manolo Monereo explican la base ideológica de nuestra extrema derecha, muy diferente a la del resto de Europa: "Instalada en el autismo intelectual de la Contrarreforma, ha tenido su hábitat político en la permanente alianza entre el Trono y el Altar. La extrema derecha patria ha sido, y es, la actualizadora del odio al pensamiento libre que instituyera Fernando VII. Y si es cierto que en la Europa cincelada por la Ilustración, el Mein Kampf y sus diversas excrecencias trajeron el holocausto, no es menos cierto que hoy hacer apología del nazismo o del fascismo está prohibido y penado. Aquí en la piel de toro, los crímenes de la dictadura franquista gozan de una desmemoria cultivada e interesada. Por no hablar de los permanentes falseamientos de los hechos históricos e incluso de la Historia de España en su conjunto ”.

Mediante la semilla para todo este caldo de cultivo, hemos llegado a la actualidad, donde el neofranquismo tiene su vía libre para expresarse, tanto en los medios de comunicación, como en los mítines electorales, como en la propia calle, a tenor de las múltiples manifestaciones de exaltación del franquismo y del fascismo en general que venimos soportando.

¿De qué nos extrañamos cuando, por ejemplo, sigue siendo legal una Fundación como la Francisco Franco? ¿Qué vamos a esperar cuando son entrevistados en medios de comunicación personajes fascistas que blanquean la barbarie que representó la dictadura? En este país no nos hemos tomado en serio el fascismo desde la muerte del dictador, y ahora contemplamos con estupor el resurgir de la bestia.

Pero esta “España de pandereta” viene siendo inducida desde hace tiempo por el resto de actores sociales: “Nada falta: declaraciones de miembros de la jerarquía eclesiástica congratulándose de los resultados electorales en Andalucía, medios de comunicación que desde hace bastante tiempo han transformado los informativos en partes de guerra de los golpistas de 1936. Y, junto a ello, sentencias judiciales que rezuman las viejas esencias de la misoginia franquista” (Illueca, Monereo y Anguita).

Sus teloneros han sido el PP y más recientemente Ciudadanos, lógicamente con la indiferencia mostrada por el pueblo ante sus fechorías: hoy día los ciudadanos/as pueden ser perseguidos por participar en una huelga, por grabar a un policía, por escribir un chiste, por “ofender a los sentimientos religiosos”, etc.

Es la “España de pandereta” que vuelve: los medios actúan adormeciendo las conciencias, embruteciendo al personal, la incultura supina y la inmadurez política están en la base, los debates se han convertido en zafios y vulgares, vivimos en el reino del fútbol (una celebración en Madrid de la final de una copa extranjera paraliza la ciudad, como vimos más de una vez), de las fiestas populares aberrantes, de la religiosidad política, y de un nivel de estupidez generalizado que asusta.

Esta es la “España de pandereta”, la de la añoranza del viejo Imperio Español, la de las banderas en los balcones, la de los tweets ofensivos y amenazantes, la de los mensajes en 140 caracteres, la del cultivo desmedido al móvil, la de la opinión borreguil en masa, la de los idearios enlatados…Sólo queda que Abascal proclame en alguno de sus mítines: “¡Muera la inteligencia y Viva la muerte!”, tal como el General Millán-Astray le gritó a Don Miguel de Unamuno en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, en octubre de 1936.

Es la “España de pandereta”, la que exporta lo peor de nosotros, la de la intolerancia, la del “¡A por ellos!”, la que solicita las murallas altas para que no entren los extranjeros, la del autoritarismo y el conservadurismo más rancio y trasnochado. Carlos Olalla lo ha expresado magníficamente en su artículo: “Vivir en la cultura del tweet, del titular, de la idiocia masificada y globalizada, permite que los esclavos no quieran rebelarse porque se creen libres y que los ciudadanos no se atrevan a pensar porque tienen miedo. Son el miedo y la ignorancia inculcados durante décadas los que han provocado todo esto”. Esta es la “España de pandereta”, la que parece ser que retorna con Vox y sus secuaces. Esperemos que nos sea leve y que podamos volver a derrotarla.


viernes, 31 de mayo de 2019

NACIONALISMO ESPAÑOL




A mis amigas y amigos nacionalistas españoles, aunque no se reconozcan como tales:
Curioso, muy curioso eso del nacionalismo español. Aunque es sin duda el más fuerte, el más excluyente y el más irrespetuoso con los demás, se percibe a sí mismo como el agua: incoloro, inodoro e insípido.

Yo nací en Madrid. Hasta que no vine a vivir a la periferia estaba convencido de que los de Madrid no teníamos acento. El acento era propio de gallegos, murcianas, catalanes, vascas, asturianos, manchegas o canarios.

También éramos incoloros, aunque nuestra bandera fuera roja y gualda. E inodoros, aunque las cloacas del estado estuvieran en el mismo centro de nuestra ciudad. Insípidos, aunque infundiéramos miedo o desconfianza a grandes capas de la población.

Por eso te interpelo a ti, española o español nacionalista para que te preguntes si no te parece curioso que este nacionalismo no exprese nunca contradicciones contra ningún enemigo exterior, sino contra lo que él mismo define como los “malos españoles”. No es casualidad que el ejército español solo pueda presumir en los últimos siglos de victorias contra su propia gente. Por eso mete miedo el “a por ellos”, porque de manera consciente o difusa sabemos que vienen “a por nosotros”.

Sí, curioso nacionalismo este que se expresa contra la mitad de su pueblo. Ese que en sus entrañas aprendió bien con lo que Santiago Alba Rico llamó la “pedagogía del millón de muertos”, concepto tan preciso y simple como eficaz: cada treinta o cuarenta años se mata a casi todo el mundo y después se deja votar a los supervivientes.

Y, entonces, ni siquiera esos supervivientes votan libremente. Lo que se planteó en el 78 fue una “negociación constituyente” en la que los de un lado de la mesa tenían pistola y los del otro no. Por no hablar de que casi el 70% de la población actual no pudo votar entonces por razones de edad. Esto es lo que legitima a este rey al que se le llena la boca hablando del “Estado de derecho” y del “cumplimiento de la ley”. Este “jefe del estado” que, lejos de mediar como árbitro, apoya a una parte en el uso de la fuerza contra al menos la mitad de las gentes de Cataluña, a los que se asigna el papel de “malos españoles”. Esos enemigos de España que son los únicos a los que logra vencer a lo largo de la historia.

Curioso es, amigo y amiga nacionalista español, que muchos de tus razonamientos comiencen por “En ningún país de Europa…” sin reparar nunca en el hecho de que el fascismo fue derrotado en todos los países menos en el nuestro. O aceptándolo, pero como si fuese un matiz insignificante. Y es que lo lógico es que las víctimas, una vez reconocidas en su condición, perdonen si pueden a sus verdugos. Pero no hay lógica alguna en el hecho de que sean los verdugos quienes perdonen a sus víctimas cuando éstas demuestran “haber aprendido” a hacer buen uso de su voto. Y menos aún que eso ocurra una y otra vez. En esto, lo reconozco, el franquismo tenía razón: Spain is different.

Al PP y Cs parece que le importara un pimiento Cataluña. Pero sabe que gana prestigio entre su electorado del resto del Estado si exhibe fuerza contra los sempiternos “malos españoles”.

Si uno se salta un semáforo en rojo comete una infracción. Si todo el pueblo se lo salta estamos ante un conflicto social que los Estados de derecho resuelven políticamente. Y hablo de las gentes del común que, con más o menos razón jurídica, se acercaron a depositar su voto, aun sabiendo que no tendría efectos, y se llevaron las agresiones que tú, amiga o amigo nacionalista español, justificas y aplaudes.

Es curioso, nacionalista española o español, que tú no te reconozcas como tal. Como mucho, te llamas “patriota”. Sin embargo espetas frases del tipo de “si se quieren ir que se vayan, pero que dejen el territorio” o “se manda al ejército, como ordena la Constitución, y punto”. O “para qué tantas lenguas, si ya tenemos una en común con la que entendernos todos”. Sí, es muy curioso. Oé, Oé, Oé. Como si no hubiera escarmiento en eso de Una, Grande y Libre.

Curioso, triste y desdichado país. Y es que empezamos por aceptar que más de 100.000 personas estén amontonadas en cunetas y que nunca sea el momento adecuado de tratar el tema, y acabamos aceptando el latrocinio, las agresiones policiales, el Estado social más escuálido de la Europa avanzada, la ley mordaza, la mentira… hasta llegar al contrato basura o a las maletas.

Curioso este nacionalismo español tan incoloro, tan inodoro y tan insípido, sí, pero tan coherente, tan sostenido en el tiempo. Tan recalcitrante, tan irresponsable y en el fondo tan rompepatrias, pues, es hora de hablar claro: esa España sin disputa que tenéis idealizada solo existe en vuestra imaginación y solo cabe en una dictadura.

Para todo lo demás queda la Política, donde el conflicto es inherente a toda sociedad y, a la vez, oportunidad de mejora. Creo que tenemos que escapar cuanto antes de esta humareda que esconde el debate fundamental: la creación entre todos y todas de una república española. Que separe de forma nítida el estado de la iglesia, que ponga las instituciones al servicio de las personas, que garantice el derecho de autodeterminación de los pueblos que la integran. Que dé un respiro a las jóvenes que tienen que salir fuera después de haberse formado aquí.

Una República donde derechos fundamentales, como el derecho a la vivienda, no sean “principios rectores” sino derechos que puedan exigirse de verdad. Donde el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial sean poderes realmente independientes. Donde se respete la Memoria, porque solo si sabemos quiénes fuimos podremos estar en condiciones de pensarnos y proyectarnos al futuro. Una verdadera casa donde se respete el conjunto y entre todas nos cuidemos y cuidemos del jardín, pero donde también se respeten las habitaciones, donde no se repartan unos pocos el país a dentelladas o se vendan a precio de saldo a las élites, sean éstas de Madrid o de Suiza. Quizá ya sea tarde, quizá se perdió la oportunidad, pero ahí si podríamos soñar un futuro. Y si no, entonces nos queda esta España, película de terror.